La maquina volvió a rugir en el Continente
1 de junio de 2025
Cruz Azul campeón de Concachampions: la Máquina volvió a rugir en el continente
Volvió. No con la angustia de un penal en el último suspiro. No con el drama de una maldición rota. Esta vez, Cruz Azul no necesitó milagros ni remontadas. Esta vez, la Máquina arrolló. Pisó fuerte, con autoridad, como aquel gigante dormido que por fin despertó y se adueñó de su casa: la Copa de Campeones de la Concacaf. Goleó 5-0 al Vancouver Whitecaps en un Estadio Olímpico que tembló de azul, y levantó su séptimo título continental como si quisiera gritarle al mundo: “Nunca nos fuimos, sólo estábamos calentando motores.”
Una final sin final
A los 8 minutos, Ignacio Rivero empujó el balón y encendió la locomotora. A partir de ahí, fue una danza azul. Lorenzo Faravelli al 28, Mateusz Bogusz al 45, y el doblete de Ángel Sepúlveda (37’ y 50’) sellaron una goleada que, más que una final, pareció una exhibición. Vancouver fue testigo, no rival. Un conjunto canadiense que llegó a la última parada sin combustible, sin ideas, sin alma.
La noche del renacimiento
Este título no es sólo una copa. Es una redención. Es el rugido de un club que vivió el infierno de burlas y fantasmas, que cargó con finales perdidas, con memes, con la sombra del “ya merito”. Hoy, esa historia cambió. Hoy, Cruz Azul no lloró: gritó campeón. Como en 1969. Como en 1971. Como en 1997. Como en 2014. Hoy, 2025, se suma a la historia.
Sepúlveda, el obrero del gol
En una noche donde todos brillaron, Ángel Sepúlveda se llevó el reflector. Máximo goleador del torneo, obrero del área, testigo de mil batallas, hoy encontró su premio. Su doblete fue más que goles: fue una declaración de fe, una recompensa a la constancia, un guiño al futbolista que no se rinde.
Vicente Sánchez y la huella de un técnico campeón
Desde el banquillo, Vicente Sánchez firmó una obra maestra. Su equipo fue una sinfonía de orden, presión y contundencia. Y aunque su futuro en el banquillo es incierto, su nombre quedará grabado en las vitrinas celestes. Campeón. Líder. Arquitecto de la reconstrucción.
El Mundial de Clubes espera
Cruz Azul no sólo ganó una copa. Se ganó un boleto al sueño global: el Mundial de Clubes 2029. Y antes, la Copa Intercontinental 2025. El continente les queda chico. La Máquina quiere más.

En un fútbol mexicano necesitado de identidad, Cruz Azul volvió a ponerse el overol, se manchó de gloria y levantó la copa como sólo los grandes lo saben hacer: sin pedir permiso, sin dar explicaciones. Hoy, no hay dudas. Hoy, la Máquina es Campeona de la Concacaf. Y el eco de su triunfo se escuchará hasta el último rincón del continente.
— La Nostalgia del Fútbol
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