19 June, 2025

Vicente Sanchez

De Phoenix al cielo celeste:

 Vicente Sánchez, el hombre que me cerró la boca

 
Yo fui de los primeros en criticarlo.
 
Cuando Cruz Azul anunció que Vicente Sánchez tomaría el timón, me pareció una locura. “¿Qué méritos tiene?”, me preguntaba. “¿Cómo alguien que pasó sin pena ni gloria por Phoenix va a levantar a este equipo maldito por su historia?”, decía en voz alta, con rabia, con el corazón dolido por años de falsas esperanzas.
 
Había visto su paso por el fútbol de Estados Unidos de cerca, ahí mismo, en esta ciudad que arde bajo el sol del desierto. Lo vi en Phoenix y no me convenció. Lo vi irse sin dejar huella. No imaginaba que aquel uruguayo silencioso, de rostro serio y verbo bajo, se convertiría en el arquitecto del renacimiento cementero.
 
Pero el fútbol es sabio. O mejor dicho: el fútbol se encarga de desmentirnos a todos.
 
Vicente Sánchez llegó, aguantó la presión, el peso de la historia y nuestras lenguas afiladas. Construyó desde la humildad. No vendió humo. No hizo promesas. Solo trabajó. Y un día, de pronto, Cruz Azul volvió a jugar con alma. Volvió a creer. Y nosotros también.
 
Y entonces llegó la noche de la gloria: la Concachampions. La Copa que tantas veces se escapó. Que dolió. Que humilló. Esa misma fue levantada por un equipo suyo. Por jugadores que creyeron en él. Por un técnico que, callado, supo más que todos nosotros juntos.
 
Hoy Vicente Sánchez se va. Lo hace como campeón. Como héroe. Y yo, que tanto lo critiqué, escribo estas líneas con el orgullo roto y la voz bajita. Porque si hay algo que también enseña el fútbol es a reconocer cuando uno se equivoca.
 
Gracias, Vicente, por cerrar tantas bocas, empezando por la mía.
Gracias por demostrar que los héroes no siempre llegan con capa.
Gracias por devolverle al Cruz Azul el lugar que le corresponde.
 
Y sobre todo… gracias por hacer creer a la afición celeste otra vez.